La voz tóxica
Tal vez mas de uno se pregunte que pinta una cantante en un blog presuntamente relacionado con la fotografía. Pues la verdad que muy poco salvo que ambas cosas, la música de jazz (fundamentalmente Lady Day) y la fotografía son mi droga y difícilmente podría separarlas de mi vida. A veces pienso que el acto de fotografiar requiere un determinado estado de ánimo el cual influirá decisivamente en el resultado final. Y así como hay días en las que siento la necesidad de salir a la calle y disparar mi cámara con profusión, en otros me hace falta escuchar la voz susurrante e hipnotizadora de Billie Holiday acurrucado en la penumbra de mi hogar. No voy a hablar aquí de su biografía , mucho se ha escrito sobre ella y desde mi torpeza e ignorancia poco ó nada podría aportar yo. Sin embargo, un día ya lejano encontré el texto de un artículo escrito por Antonio Muñoz Molina, me impresionó de tal manera que de tanto leerlo casi me lo sé de memoria, y es que me siento tan identificado con el que suscribo todas y cada una de sus líneas:
De Billie Holiday, como del tabaco y de la bebida, hay que quitarse de vez en cuando. Oir a Billie Holiday es un vicio, un hábito seriamente adictivo, y si no contiene el peligro de la cirrosis ni del cáncer de pulmón -aunque tampoco esté uno muy seguro- si produce efectos secundarios que pueden ser alarmantes: indolencia, extremos de felicidad y de dolor, imperiosos deseos de buscar a medianoche un taxi que nos lleve a un club de Nueva York donde ella esté cantando. En algunos discos de Billie Holiday se oye, detrás de la voz y de la música, un excitante ruido de vasos que chocan, de conversaciones y risas. Y uno, de lo que tiene ganas de pronto, no es de estar en casa, tirado en un sofá mientras escucha un disco, sino de andar por ahí, por esos bares de las noches del mundo, por una calle en sombras donde súbitamente, al abrirse la puerta de un local, se oiga surgir una voz tierna y desgarrada que cante, por ejemplo, My Man, una voz tóxica y tentadora, como el alcohol y el tabaco, como esas miradas y presencias a las que agradecemos que nos den la vida aún sabiendo que les concedemos suicidamente la potestad de quitárnosla.
Más de una vez yo me he vuelto abstemio de Billie Holiday obedeciendo una prescripción facultativa de mi alma. Llegaba a casa, solo, y no hacía nada más que oir sus canciones , una por una, me las sabía de memoria, porque de pronto no me contaban la vida de una cantora de blues que murió hace treinta años, sino la mía, con una exactitud y una lucidez a las que yo nunca me hubiera atrevido. A Billie Holiday uno le escucha algunas veces en la misma actitud que un boxeador agotado en su esquina del ring: la cabeza baja, el cuerpo abandonado, las manos inútiles para toda acción que no sea la de pedir silenciosamente ayuda. Si uno es feliz, Billie Holiday hará más intensa y más pura su felicidad; si es desdichado, lo mejor que puede hacer es esconder sus discos o poner uno de ellos a todo volumen y marcharse de casa cuanto antes, cerrando con doble llave la puerta, para que la música no le persiga y no le alcance, para que no lo derribe el infortunio.
Hay un veneno adictivo en la voz de Billie Holiday, una especie de nicotina hipnótica de la que no podemos desprendernos cuando hemos adquirido un cierto grado de intoxicación. Esa extraña lentitud con que nos dice las palabras, esa manera de adelgazarse o de volverse más cálida, más quebrada, mas ronca, ese grito contenido y agudo con que termina siempre una canción, como alzándose sobre si misma en el mismo instante en que se rinde, estremecida de ternura y dolor. Lo que nos envenena en la voz de Billie Holidaay es su inmediata sugestión de verdad. Otras voces cantan esas mismas canciones y con frecuencia son más poderosas y perfectas y menos limitadas, pero al oírlas no sentimos que nos estén diciendo la verdad. Por eso hay horas de nuestra vida que no habrían sido iguales si en ellas no hubiera sonado para siempre la voz de Billie Holiday.
Si todavía queda alguien que no la haya descubierto, aquí tiene un video en el que interpreta «Fine and Mellow» …… sobran las palabras.